
Chimborazo y Cotopaxi: Un Viaje al Punto Más Cercano al Sol
septiembre 17 , 2025 | NewsExpeditions

Existe un lugar en el centro del mundo donde la tierra se eleva para conversar con las estrellas. Los exploradores de antaño la bautizaron la «Avenida de los Volcanes», un corredor mítico custodiado por titanes de hielo que se recortan contra el cielo ecuatorial. Aquí, dos cumbres reinan sobre las demás: el Cotopaxi, cuya simetría roza lo divino, y el Chimborazo, un gigante geológico cuya cima es el punto más próximo al sol que un ser humano puede pisar. En HME no hemos diseñado una ruta, hemos trazado un mapa hacia una leyenda, una invitación a conquistar más que montañas: a tocar los límites de nuestro planeta.
El Diálogo con la Altitud: Una Preparación Inteligente
La montaña no negocia; te enseña a escuchar. El verdadero ascenso no comienza en las faldas del glaciar, sino en el diálogo silencioso con la altitud. Por eso, nuestro viaje de 14 días es, en esencia, una conversación. Hemos diseñado cada etapa no como un simple paso, sino como una palabra en esa charla, permitiendo que tu cuerpo aprenda el lenguaje del aire enrarecido. Es una estrategia paciente que transforma la fuerza bruta en resistencia inteligente, convirtiendo cada día en una victoria que te prepara para la conquista final.

Nuestra expedición despierta sobre los hombros del Rucu Pichincha, el guardián de Quito. Desde su cima a 4,784 metros, observamos por primera vez la promesa del horizonte: una fila de colosos esperándonos. Luego, el viaje nos lleva al Iliniza Norte. Con sus 5,126 metros, no es solo una montaña, es un maestro. Su roca afilada y sus pasajes aéreos son nuestra primera prueba real, un desafío que nos obliga a afinar la técnica y aclimatar el espíritu. Cada agarre en su ladera es una lección, cada metro ganado, la confianza necesaria para mirar a los gigantes a los ojos.
Primer Titán: La Conquista del «Cuello de Luna»
Con el cuerpo y la mente ya en sintonía con la altura, fijamos la mirada en el «Cuello de Luna». El Cotopaxi, con sus 5,897 metros, no se escala, se corteja. Su nombre Kichwa es un poema a su belleza cónica casi perfecta. La conquista empieza mucho antes del amanecer, en el silencio del Refugio José Rivas, a 4,864 metros. El mundo se reduce al círculo de luz de nuestras linternas frontales, al crujido de los crampones sobre el hielo milenario y al vasto universo que parpadea sobre nosotros.
Avanzar por el glaciar es una meditación en movimiento. Cada paso es un acto de fe, un ritmo constante que nos impulsa hacia arriba. Cruzamos puentes de nieve sobre grietas que duermen en la oscuridad y ascendemos por palas de hielo que se inclinan hasta los 45 grados, unidos por la cuerda y la confianza absoluta en nuestros guías. Y entonces, ocurre. El primer rayo de sol tiñe el horizonte, revelando el cráter humeante a nuestros pies y un océano de nubes debajo. La palabra «espectacular» se queda pequeña; esto es presenciar el nacimiento de un día desde el techo del mundo.

El Reto Definitivo: Chimborazo, el Trono del Planeta
Después del Cotopaxi, solo queda el rey. El Chimborazo, con sus 6,310 metros, es el acto final de esta ópera andina. Su cumbre, gracias al abultamiento ecuatorial de nuestro planeta, ostenta un título único: es el pedazo de Tierra más alejado de su propio corazón, el más cercano al cosmos. No es simplemente la montaña más alta de Ecuador; es un desafío gravitacional, un coloso que pone a prueba la suma de toda tu preparación, tu voluntad y tu pasión.
La jornada hacia la cima del Chimborazo comienza en el campamento alto a 5,300 metros, un umbral hacia otro mundo. La ascensión es una batalla honesta contra la gravedad y la escasez de oxígeno. Atravesamos glaciares que parecen congelados en el tiempo y flanqueamos centinelas de roca como «El Castillo», donde cada paso exige una negociación con tus propios límites. Pero la recompensa por esa lucha es inconmensurable. Pisar su cumbre infinita es sentir la curvatura de la Tierra bajo tus pies, es saber, sin lugar a dudas, que no hay nadie en el planeta que esté más cerca de las estrellas que tú en ese preciso instante.

Tu Expedición: Los Detalles de la Aventura
- El Desafío: Esta es una expedición para quienes tienen un corazón fuerte y pulmones entrenados. No necesitas ser un escalador técnico de élite, pero sí poseer una condición física excepcional y, sobre todo, una reserva de tenacidad mental para abrazar las largas jornadas en el reino del aire fino.
- La Ventana Ideal: Los Andes ecuatoriales nos regalan dos temporadas. La principal, entre mayo y agosto, suele ofrecer cielos despejados y vientos más calmados. Una segunda oportunidad se abre de noviembre a febrero, una época con un carácter más salvaje.
- Tus Herramientas para la Cima: En la altitud, tu equipo es tu aliado más fiel. Indispensables son las botas dobles, crampones afilados, un piolet, arnés y casco. Tu sistema de capas será tu armadura contra el viento y las bajas temperaturas.
- El Sello HME: Nuestra promesa es simple: tu seguridad es la cumbre más importante. Por eso, en los ascensos finales, mantenemos un ratio estricto de un guía por cada dos montañistas, una cordada de confianza que maximiza la seguridad y el éxito.
El Viaje que te Espera
La Avenida de los Volcanes te está llamando. En High Mountain LA, tenemos todo preparado para que respondas a esa llamada. El primer paso hacia el punto más cercano al sol no se da en la montaña, se da ahora.